FP XXI

Estamos viviendo una de las grandes transformaciones de nuestra historia. Entre todas las cosas en proceso de cambio encontramos la educación de las personas y, dentro de esa educación, la preparación para el trabajo.

La formación profesional de los ciudadanos de un país es una herramienta importante para su desarrollo económico y social. Pero es un ámbito, por definición, complejo. La FP está entroncada entre el fin de la formación académica y el acceso al mundo laboral, entre el sistema educativo y la empresa, y debe atender a jóvenes sin experiencia laboral y también a adultos con necesidades de reciclaje.

En situaciones como la actual es necesario analizar, compartir, debatir y proponer, e intentar hacerlo con el máximo rigor y conocimiento. Desde el proyecto FP XXI queremos realizar aportaciones en el diseño de las políticas de formación profesional, partiendo de una visión global de su papel como bisagra entre el sistema educativo y la actividad profesional, y hacer propuestas para el despliegue de políticas públicas que lo fortalezcan.

Esta actividad la queremos llevar a cabo en colaboración con todas las personas e instituciones que tengan interés en la mejora de la formación profesional y todas sus implicaciones. La formación profesional tiene mucho que decir en una amplia variedad de problemáticas que afectan de lleno al país: desde las más propias del sistema educativo —como el abandono escolar prematuro— hasta las más económicas —como contribuir al incremento del valor añadido de nuestra economía—, pasando por el apoyo a las personas que sufren las consecuencias del paro o la incertidumbre sobre los efectos de las transformaciones tecnológicas o globales en su trabajo.