Mentora, un antídoto contra el racismo y una herramienta de transformación social

El abandono escolar prematuro tiene muchas causas, pero una de ellas es la discriminación estructural que sufren niños, niñas y jóvenes racializados dentro del propio sistema educativo. El alumnado de origen migrante abandona los estudios tres veces más que sus compañeros, y este hecho no es fruto de la casualidad. La segregación escolar, las bajas expectativas sobre su rendimiento, la jerarquización entre los códigos culturales escolares y los de origen familiar, la discriminación dentro y fuera de la escuela, la falta de referentes positivos y el escaso acceso a redes de apoyo son algunos de los factores que explican esta realidad.

Ante este reto, la mentoría se presenta como una herramienta clave para la continuidad educativa y la reducción de las desigualdades, pero también como un potente mecanismo de lucha contra el racismo. ¿Por qué? Porque genera espacios de encuentro y vínculos de confianza entre jóvenes y personas adultas voluntarias que, a través de su relación, rompen estereotipos y construyen una sociedad más cohesionada.

"La mentoría genera espacios de permeabilidad entre grupos culturales que a menudo no tienen contacto y que viven realidades muy diferentes"

El impacto de la mentoría en clave antirracista

Mentora no solo aporta apoyo emocional y orientación al alumnado en su transición a la etapa postobligatoria, sino que también es una estrategia de inclusión social más allá del propio itinerario educativo. La mentoría es una oportunidad especialmente valiosa para el alumnado de origen migrante o perteneciente a minorías étnicas, ya que les permite ampliar sus horizontes, reforzar su sentimiento de pertenencia y, sobre todo, ofrecerles referentes positivos que crean en su potencial.

"La mentoría es especialmente valiosa para el alumnado de origen migrante, para ampliar sus horizontes, reforzar su sentimiento de pertenencia y ofrecerles referentes positivos"

La evidencia demuestra que, en su acción voluntaria, las personas mentoras a menudo se convierten en agentes antirrumores que desmontan prejuicios y miradas discriminatorias, tanto en sus entornos personales como en su comunidad. Además, en muchos casos, las relaciones de mentoría favorecen un aprendizaje intercultural bidireccional, en el que tanto la persona mentora como la mentorizada se enriquecen de nuevas perspectivas, experiencias de vida y narrativas.

Ejemplos como los Puntos Mentora-CASC (donde se acompaña alumnado de origen gambiano y senegalés) o el Punto Mentora Pere Closa (donde se acompaña alumnado gitano) ponen en evidencia cómo la mentoría genera espacios de permeabilidad entre grupos culturales que a menudo no tienen contacto y que viven realidades muy distintas. Estos espacios no solo favorecen la continuidad educativa de los y las jóvenes, sino que también contribuyen a construir una sociedad más justa y cohesionada.

El abandono escolar del alumnado migrante: una realidad que nos interpela a todas

En este contexto, Déguène Eufemia Seck, de la Coordinadora de Asociaciones Senegalesas de Cataluña y miembro del Equipo Impulsor Mentora en Mataró, nos recuerda que el fracaso escolar de los jóvenes de origen migrante no es solo un problema de sus familias o comunidades, sino un fracaso colectivo.

"Nosotros, como hijas e hijos de personas de origen migrante, también somos catalanes. Nuestro fracaso es vuestro fracaso. La responsabilidad de nuestra educación es la responsabilidad de nuestro sistema educativo. Nuestro futuro es común."

Es necesario actuar con una estrategia multinivel que incluya el apoyo educativo, la incidencia política y el trabajo comunitario. Mentora es una de las muchas herramientas necesarias para revertir esta realidad, conectando las comunidades migrantes con la sociedad de acogida y promoviendo la igualdad de oportunidades para todos.

Si queremos un futuro donde ningún joven se quede atrás, debemos luchar contra el racismo y las miradas discriminatorias, y en esta lucha apostamos por la mentoría como herramienta de transformación educativa y social. Porque la educación no es solo una responsabilidad individual, es un compromiso colectivo.