Dar herramientar para garantizar itinerarios: como las famílias pueden prevenir el abandono escolar

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Dejar los estudios sin haber acabado la educación postobligatoria es una mala decisión que tratamos de evitar con varias iniciativas. Estas son fruto de la investigación sobre los factores que causan el abandono y sobre qué es lo que funciona en educación. La iniciativa de formar a las familias para animar sus hijos e hijas que están acabando la ESO a seguir estudiando es la forma más íntima y capilar de trabajar por la continuidad educativa.

"Los puntos de vista y visiones de los adultos más próximos pueden fomentar la continuidad hacia estudios postobligatorios o al contrario, decantar al adolescente a optar por dejar de estudiar"

¿Las familias, agentes contra el abandono escolar?

Los valores y criterios de los familiares que conviven y cuidan a los chicos y chicas pueden tener un efecto más claro en la orientación de sus decisiones que los de otros adultos de referencia, por la sencilla razón qué tienen vínculos más fuertes.

Es por eso que, en materia de toma de decisiones sobre la continuidad escolar, las convicciones y las expectativas de los padres y madres cuentan, y mucho. Los puntos de vista y visiones de los adultos más próximos pueden fomentar la continuidad hacia estudios postobligatorios o al contrario, decantar al adolescente a optar por dejar de estudiar.

A menudo los docentes lamentan la carencia de colaboración de las familias en el acompañamiento educativo, pero para que esta colaboración sea posible hay que fortalecer las figuras familiares.

Es importante que las familias sean bien conscientes del valor de continuar estudiando y muestren esta preferencia ante sus hijos e hijas para promover su continuidad educativa después de la educación obligatoria.

Pero, atención: aquí conviene no simplificar. Y es que la relación entre los criterios de las personas adultas y las decisiones de los y de las adolescentes está mediatizada por la manera cómo se trasladan los pareceres, cómo se comunican las opiniones.

"La manera cómo la preferencia familiar llega a la cabeza y al corazón del adolescente es lo que influirá en su decisión de continuar o de dejar los estudios"

Una familia puede tener preferencia por la continuidad formativa de un hijo, pero será en buena medida la manera como la preferencia familiar llegue a la cabeza y al corazón del adolescente lo que influirá en su decisión de continuar o de dejar los estudios. Y esta decisión también dependerá, en parte, de otro factor que tiene que ver con el papel de la familia: el acompañamiento emocional en la trayectoria escolar.

¿Qué pueden hacer las familias?

A pesar de que en la adolescencia el grupo de iguales, y actualmente también en buena medida las figuras “influyentes” como las que se encuentran en las redes sociales, tienen una fuerte incidencia en valores y actitudes de los chicos y chicas, las grandes decisiones vitales, como lo es la continuidad en los estudios, las suelen tomar en función de variables como por ejemplo las capacidades percibidas, sus intereses personales en cuanto a los aprendizajes y sus expectativas de futuro.

Los miembros de la familia pueden trabajar el autoconcepto del adolescente como estudiante y también pueden ayudar a identificar intereses y a reconocer posibilidades atractivas en la formación de cara al futuro.

Y además, y esto es muy importante, también pueden detectar los problemas en el camino de la escolaridad y ayudar a paliarlos a través de varios recursos. Y es que el alumnado con malos resultados al final de la enseñanza obligatoria tiene menos probabilidad de acabar los estudios postobligatorios. La mejora del éxito en la ESO es una condición necesaria para la reducción del abandono escolar. Si las familias pueden apoyar a sus hijos e hijas para que obtengan resultados motivadores, esto facilitará que sientan que tienen mayor competencia para avanzar en la formación dentro del sistema. Hay que capacitar a las familias para apoyar a los adolescentes con el objetivo de obtener mejores resultados. Esto se puede hacer trabajando la autoimagen del estudiante, la comprensión del sentido de su esfuerzo académico, la organización y la buena vinculación con la institución educativa tanto del alumno como de la familia.

"Si las familias pueden apoyar a los hijos e hijas para obtener resultados motivadores, esto facilitará que sientan que tienen mayor competencia para avanzar en la formación dentro del sistema"

¿Cómo lo pueden hacer?

Pero todo esto lo pueden hacer si disponen de las habilidades necesarias. Multitud de familias que quieren ayudar a sus hijos e hijas adolescentes a continuar estudiando no tienen de forma natural estas habilidades. Las pueden adquirir a través de la formación y, por eso, una buena manera de ayudar a las familias a ser útiles a sus adolescentes es ofrecerles los medios para que puedan dominar los recursos necesarios, muchos de los cuales tienen que ver con la manera como se comunican con sus hijos e hijas, y para saber cómo acompañar la trayectoria escolar.

Entender al adolescente, saber cómo ayudarle a reflexionar, hacerle sentir interés por los aprendizajes, hacerle descubrir sus capacidades e intereses, tener constancia de los recursos existentes para paliar las dificultades y conocer las opciones posibles para continuar el camino formativo después de la ESO permitirá a los padres y a las madres poder hacer un acompañamiento afectivo y efectivo que hará que el adolescente se sienta seguro para hacer pasos en pro de su formación.

¿Cómo fortalecer las familias para colaborar en el acompañamiento educativo

Fortalecer a los padres y a las madres implica tres líneas de actuación, si nos basamos en lo que sabemos gracias a los estudios sobre aquello que funciona en cuanto al apoyo familiar al alumnado:

  1. Enseñarles a reforzar las buenas relaciones y la confianza entre adultos y adolescentes;
  2. Darles ideas para poder fortalecer la confianza del adolescente en sí mismo como estudiante y sus vínculos con la institución educativa;
  3. Ponerles al alcance recursos efectivos para acompañar el proceso escolar y la toma de decisiones ante las transiciones educativas.

Las tres estrategias a la vez contribuirán a hacer posible un buen acompañamiento por parte de las familias y, por tanto, a hacer que muchos más chicos y chicas decidan continuar estudiando más allá de la ESO.

"Todas las familias quieren a sus hijos y quieren ayudar, pero no todas tienen los mismos recursos, conocimientos o condiciones"

La dificultad del reto

Todas las familias quieren a sus hijos y quieren ayudar. Las que están sensibilizadas y formadas pueden hacerlo mucho mejor, pero no todas tienen los mismos recursos, conocimientos o condiciones. El nivel educativo, su situación socioeconómica, las condiciones laborales o, incluso, la confianza en el sistema educativo pueden influir.

Mientras algunas familias con más conocimientos o estabilidad pueden ofrecer un apoyo más estructurado, otros pueden encontrarse con dificultad para comprender las opciones educativas y gestionar la incertidumbre de sus hijos e hijas. Conseguir ayudarlas en este sentido, pues, es una de las claves para promover la continuidad educativa hacia la secundaria postobligatoria.

Hay que encontrar la manera de hacerlas partícipes en las opciones de formación que se les ofrecen y hacer fácil su implicación en estos espacios. Reducir el abandono escolar implica también garantizar que todas las familias, independientemente de su contexto, tengan las condiciones y apoyos necesarios. Que aprovechen de la mejor manera los recursos y puedan ser agentes activos y empoderados en el acompañamiento de sus hijos e hijas.

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