4 claves para conectar investigación y política educativa e impulsar la mejora de la educación

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Hace tiempo que la investigación ha constatado que la repetición de curso es una medida que no comporta beneficios (en cualquier caso, es perjudicial) en el progreso educativo o en las actitudes del alumnado repetidor, mientras que se trata de una medida extremadamente costosa. Y aun así, la repetición sigue siendo una práctica presente en nuestro sistema educativo.

La investigación también señala que la educación 0-3 favorece las oportunidades de los niños y niñas de familias con menos recursos. Además, sabemos que el retorno de esta inversión en términos económicos y sociales está muy por encima de su coste. Sin embargo, hasta ahora no ha habido una política decidida de universalización del acceso a la educación en esta etapa.

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La supresión de la repetición y la universalización de una educación 0-3 de calidad deberían suponer un incremento de las oportunidades educativas del conjunto del alumnado e incrementar la equidad y la eficiencia del sistema. Entonces, ¿por qué no se produce un auténtico impulso de estas políticas?

La falta de atención a las conclusiones de la investigación tiene como consecuencia una pérdida de oportunidades de mejora del sistema y un incremento de la desigualdad.

Se trata de un síntoma del modesto papel que en Cataluña desempeñan las evidencias científicas en la toma de decisiones en torno a las políticas educativas. Esta falta de atención a las conclusiones de la investigación tiene como consecuencia una pérdida de oportunidades de mejora del sistema y un incremento de la desigualdad: afecta en mayor medida a aquellos niños, niñas y jóvenes que ya cuentan con menos oportunidades de partida.

Es innegable que gobernar implica gestionar la complejidad —en un contexto de recursos limitados— y poner en juego distintos valores y preferencias. Pero también es obvio que la investigación tiene mucho que ofrecer en el abordaje de las problemáticas sociales y educativas: permite desarrollar mejores políticas (más efectivas, eficientes y equitativas, como veíamos en los ejemplos anteriores) y contribuye a la racionalización del debate público y a una mayor transparencia. Por lo tanto, una política educativa responsable debe partir y avanzar de la mano del conocimiento riguroso.

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Ahora bien, el diálogo constructivo entre ciencia y política no sucede por casualidad. De entrada, son necesarios investigadores comprometidos y responsables políticos dispuestos a escucharlos, pero incluso así sigue habiendo obstáculos que superar.

La experiencia de los gobiernos que han querido apostar por unas políticas informadas en las evidencias constata que no basta con la voluntad de investigadores y gestores públicos. Para garantizar que la fundamentación de las políticas educativas se produce de una forma sostenible, transparente y sostenida en el tiempo, los gobiernos de todo el mundo están poniendo en marcha instrumentos enfocados a 4 grandes objetivos:

1. Incentivar una investigación educativa útil para responder a los retos educativos del país

    En algunos países, como los Países Bajos o Bélgica, se ofrecen líneas de financiación específica para investigación que responde a retos concretos, o directamente se crean centros de investigación orientados a la producción de conocimiento para responder a preguntas priorizadas políticamente.

    También se han hecho grandes apuestas, como la de Estonia, para disponer de bases de datos administrativas integradas y de calidad sobre aspectos clave de la educación (los resultados en las pruebas de competencias, las trayectorias educativas del alumnado, absentismo y abandono, el acceso a determinadas ayudas o programas, etc.) y para hacerlas accesibles a analistas e investigadores.

    2. Garantizar que el conocimiento generado es transferido y conocido por los actores clave del sistema educativo

      Para estar en disposición de aprovechar el conocimiento generado, este tiene que llegar a los actores clave. Tanto los profesionales de primera línea, docentes y otros educadores, como los que son responsables de planificar y organizar los diferentes servicios y programas que conforman el sistema educativo deben poder entrar en contacto con este conocimiento y apropiárselo.

      Esto no siempre es fácil, por muchos motivos: uno de ellos es que los resultados de las investigaciones suelen difundirse en publicaciones destinadas exclusivamente a los investigadores, que no acaban de ser útiles ni relevantes para los profesionales y a las que a menudo ni siquiera tienen acceso. ¿Cómo dar respuesta a este reto? Un ejemplo: en 2013, el Ministerio de Educación e Investigación de Noruega creó un organismo específico con la función de identificar, sintetizar y hacer llegar a profesionales y responsables del mundo educativo las evidencias más relevantes para la toma de decisiones, en un formato y en un lenguaje adaptados a sus necesidades.

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      3. Evaluar sistemáticamente y de forma rigurosa las políticas educativas.

      En el Reino Unido se quiso dar respuesta a la crisis educativa generada por el cierre de las escuelas a raíz de la covid-19 con el National Tutoring Programme, una gran estrategia de acompañamiento individualizado al alumnado. Al mismo tiempo que este programa entraba en funcionamiento, se puso en marcha una serie de estudios para evaluarlo, con el objetivo de obtener información robusta que ayudara a solucionar lo que no estuviera funcionando correctamente, a determinar con seguridad si el programa acaba cumpliendo o no su propósito y a recoger aprendizajes para poder diseñar intervenciones similares en un futuro.

      Es un ejemplo del esfuerzo que se dedica en algunos entornos a obtener información sobre la implementación, la efectividad y la eficiencia de los programas y las políticas educativas que despliegan. El conocimiento que se puede generar a raíz del funcionamiento de las políticas públicas es una de las mejores fuentes de aprendizaje para cualquier sistema, desde un punto de vista de mejora continuada, aparte de ser, por supuesto, una herramienta de rendición de cuentas y transparencia de cara a la ciudadanía.

      4. Garantizar que las evidencias se tienen en cuenta de forma sistemática en la toma de decisiones sobre políticas educativas

        El momento clave de todo el proceso es el de la toma de decisiones. No basta con generar evidencias y difundirlas: hay que tenerlas en cuenta. Para garantizarlo, en algunos países se apuesta por formar a los gestores públicos en competencias vinculadas con la ciencia y el uso de evidencias para las políticas públicas.

        No basta con generar evidencias y difundirlas: hay que tenerlas en cuenta.

        Una estrategia complementaria es la de crear unidades y procedimientos que fuercen, incentiven y faciliten la incorporación de las evidencias: desde unidades internas a las administraciones públicas que asesoren en el diseño de los programas, como en Filipinas, hasta órganos externos que revisan la adecuación de estas propuestas teniendo en cuenta el conocimiento científico disponible.

        ¿Y en Cataluña?

        Cataluña cuenta con múltiples semillas que pueden contribuir a desarrollar lo que puede ser un sistema educativo más informado en la investigación: una larga tradición de colaboración entre docentes e investigadores en torno a los ICE, más de ochenta grupos de investigación reconocidos que trabajan en el ámbito educativo, algunas unidades de conocimiento que ya están funcionando en el sí de las administraciones educativas… Pero todavía queda mucho camino por recorrer en la conexión entre investigación y política educativa, una conexión que debe permitir una toma de decisiones informada para realizar un salto en la calidad y la equidad de la educación.

        Por eso, la Fundació Bofill y más de 700 docentes, investigadores, escuelas, entidades y grupos de investigación señalamos la necesidad de realizar una apuesta institucional para conectar la política educativa con la investigación. Esta tiene que ser la legislatura en la que se sienten las bases para unas políticas educativas fundamentadas: sabemos por qué es necesario y qué herramientas se necesitan para hacerlo posible.

        Si quieres saber más, entra en recercaperleducacio.cat, súmate a la propuesta y compártela.

        Recupera el vídeo de la presentación de la iniciativa + Investigación x Mejor Educación

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