“Invertimos una década en educar a los niños en habilidades técnicas. Las habilidades sociales y personales merecen el mismo tiempo de dedicación”

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ENTREVISTA

Brent Roberts es profesor de Psicología en la University of Illinois y experto OCDE en habilidades socioemocionales. Es conocido por sus investigaciones sobre rasgos de personalidad, especialmente la conciencia y el narcisismo. En esta entrevista, Roberts rompe algunas ideas establecidas sobre la construcción de la personalidad. Además, justifica la importancia de la educación de las habilidades socioemocionales para dar herramientas a los niños y jóvenes para un crecimiento personal sano que afecte de forma positiva tanto a su personalidad como al bienestar social.

Durante muchos años, se ha creído que los rasgos de la personalidad se formaban sobre todo en los primeros años de vida, quedando el desarrollo y los cambios en un segundo plano. Pero, ¿qué nos dicen las recientes investigaciones en este campo de la psicología?

La búsqueda de las tres últimas décadas ha revelado dos conclusiones transformadoras.

En primer lugar, aunque la infancia y adolescencia son importantes para la formación de la personalidad, la edad adulta temprana es la fase crítica de la vida para el desarrollo de la personalidad. El paso de la adolescencia a la juventud es la esperanza del desarrollo de la personalidad. Es cuando se producen la mayoría de cambios sistemáticos en la personalidad.

La segunda conclusión es que la mayoría de cambios sistemáticos que se producen durante esta transición son bastante positivos, tanto para el individuo como para la sociedad. Las personas tienden a ser más amables, más responsables, más resistentes y más estables emocionalmente, y todo esto se asocia con mejores resultados en la vida.

“La edad adulta temprana es la fase crítica de la vida para el desarrollo de la personalidad. Es cuando se producen la mayoría de los cambios sistemáticos en la personalidad.”

¿Cuál es el margen para modelar la personalidad y, por tanto, las habilidades?

Aún no sabemos exactamente la respuesta a esta pregunta, pero sí tenemos algunas indicaciones de los estudios observacionales en profundidad y de los estudios de intervención más recientes en los que intentamos cambiar la personalidad. Basándonos en la investigación observacional, vemos que la mayoría de los cambios de personalidad son relativamente lentos, incrementales y se acumulan a lo largo de los años y décadas -no de días y semanas. Además, normalmente no vemos a individuos que transforman todo su perfil de personalidad. Suelen mejorar en uno o dos de los cinco ámbitos a lo largo de una década, no en todos. Durante el trabajo de intervención que realizamos, vemos que podemos acelerar estos cambios y hacer que se produzcan mucho más rápidamente. Pero también vemos que seguimos sin transformar radicalmente a las personas. Probablemente, una intervención para mejorar el potencial hará que un alumno sufra menos ansiedad, pero es poco probable que logre transformar a un alumno inseguro en uno seguro, por ejemplo.

“No vemos a individuos que transforman todo su perfil de personalidad. Suelen mejorar en uno o dos de los cinco ámbitos a lo largo de una década, no en todos.”

¿Qué importancia tienen las habilidades sociales y personales en el desarrollo de una persona?

Las habilidades son fundamentales para que los estudiantes, a la vez que las personas, afronten bien los retos que se les presentan en su vida cotidiana. Las habilidades nos ayudan a tratar las relaciones de forma más eficaz, tanto en el trabajo como en nuestra vida personal. Nos ayudan a conseguir y conservar un trabajo y desarrollar una carrera profesional. Nos ayudan a afrontar los retos inevitables frente a los que nos encontramos cuando las cosas van mal dadas. Habilidades como la innovación y la curiosidad nos ayudan a convertirnos en aprendices permanentes, lo que nos ayuda a aprender en el trabajo e incluso a la hora de cambiar de trabajo. Habilidades como la autorregulación pueden incluso ayudarnos a estar físicamente más sanos y vivir más y mejor. No se puede subestimar la importancia de las habilidades sociales y personales para el buen funcionamiento de los estudiantes en sus vidas y, dada su importancia, merecen tanta atención como las habilidades técnicas en las que tan a menudo nos centramos en la escuela.

"No se puede subestimar la importancia de las habilidades sociales y personales para el buen funcionamiento de los estudiantes en sus vidas y, dada su importancia, merecen tanta atención como las habilidades técnicas en las que tan a menudo nos centramos en la escuela."

¿Por qué puede suponer un cambio sustancial en la trayectoria vital de los adolescentes trabajar las habilidades socioemocionales?

Pondré un ejemplo de un estudio dirigido por Terrie Moffitt. En este estudio, Moffitt y compañía descubrieron que el autocontrol de los niños era fundamental para su posterior éxito en la vida, lo que se reflejaba en mayores ingresos y mejor salud. Estos logros se explicaban en parte por qué los niños con mayor autocontrol evitaban caer en las trampas de la adolescencia, como empezar a fumar, abandonar los estudios o tener un embarazo no deseado. Y lo que es más importante, Moffitt y compañía descubrieron que los niños que adquirían un mayor autocontrol de la infancia en la adolescencia obtenían mejores resultados, lo que indica que si podemos ayudar a los alumnos a hacer crecer sus habilidades, es menos probable que vayan por el camino equivocado a una edad temprana y más probable que vivan una vida más feliz, más sana y con mayor éxito como adultos.

“Si podemos ayudar al alumnado a desarrollar sus habilidades, es menos probable que vayan por el camino equivocado a una edad temprana y más probable que vivan una vida más feliz, más sana y con mayor éxito como adultos.”

¿Qué factores vitales están más implicados en los cambios de personalidad y cuáles son los mecanismos que impulsan esos cambios?

Muchos de estos cambios parecen estar relacionados con el progreso en los logros y en las instituciones convencionales y adecuadas a la edad. En el caso de los alumnos, ir bien a la escuela está relacionado con el aumento de la autorregulación. En la transición de la adolescencia a la edad adulta, establecer relaciones perdurables y satisfactorias se asocia a un aumento de la estabilidad emocional. El compromiso y la dedicación al trabajo están relacionados con el aumento de la autorregulación y la estabilidad emocional. El panorama que se perfila es esperanzador desde la perspectiva de que las experiencias cuentan y la personalidad previa de un niño no es en absoluto su destino. Por otra parte, las realidades de la infancia y la adolescencia plantean retos serios a los intentos de los adultos de impartir estos cambios antes de que sean adecuados para el desarrollo.

Los adolescentes, por ejemplo, se centran más en crear vínculos con sus grupos de iguales que con las instituciones convencionales de la edad adulta. Presionar a los adolescentes para que tengan más autocontrol cuando están intentando que les acepten unos compañeros que no quieren saber nada de la autorregulación crea un conflicto personal entre el alumno y las autoridades encargadas de su desarrollo. Por eso, en mi opinión, está justificado centrarse en las habilidades más que en el cambio de actitud. Podemos enseñar a los niños y adolescentes a autorregularse para que, cuando llegue el momento y la vida se lo exija, tengan la capacidad de actuar en consecuencia.

“Está justificado centrarse en las habilidades más que en el cambio de actitud. Podemos enseñar a los niños y adolescentes a autorregularse para que, cuando llegue el momento y la vida se lo exija, tengan la capacidad de actuar en consecuencia.”

¿Por qué concluyes que existe una «ligera» continuidad de la personalidad desde la infancia hasta la edad adulta?

Porque si nos fijamos en las cifras, el nivel de continuidad entre la infancia y la edad adulta es bastante bajo. Hay una fuerte tendencia a pensar que la personalidad es genética y, por tanto, fija desde la infancia. O que lo que los padres hacen a sus hijos a temprana edad les marca un camino inamovible hacia el éxito o el fracaso más adelante. Las cifras empíricas sencillamente no amparan estas suposiciones. El temperamento infantil solo está ligeramente relacionado con la personalidad adulta, lo que significa que si existe un vínculo genético, se trata de una cadena frágil en el mejor de los casos. Además, las prácticas de crianza solo están ligeramente relacionadas con la personalidad de los niños.

La realidad empírica es que los niños tienen muchas cosas que desarrollar y que el desarrollo requiere mucho tiempo. No se trata de restar importancia a los padres en la vida de sus hijos, sino de subrayar que el desarrollo de las habilidades socioemocionales es un largo proceso que requiere implicación por parte de todos: padres, familiares, amigos, profesores y comunidades. En este sentido, las habilidades sociales y personales son muy parecidas a las habilidades técnicas que tanto valoramos. Al fin y al cabo, invertimos al menos una década, al menos, en educar a los niños en habilidades técnicas. Las habilidades sociales y personales merecen el mismo tiempo de dedicación.

"La realidad empírica es que los niños tienen muchas cosas que desarrollar y que el desarrollo requiere mucho tiempo."

¿Por qué concluyes que los rasgos de personalidad todavía conservan la posibilidad de cambio incluso en la vejez?

Porque hay pruebas de que los rasgos de personalidad cambian en la edad adulta e incluso en la vejez. Las personas son aún más estables emocionalmente, incluso en la mediana edad. La conciencia aumenta hasta la mediana edad y después parece que disminuye cuando nos jubilamos. Por último, cuando hemos intervenido para cambiar las habilidades sociales y personales, hemos podido hacerlo en adolescentes, adultos jóvenes y personas de mediana edad en lo sucesivo. La edad no parece ser un factor limitativo para el cambio de personalidad.

"La edad no parece ser un factor limitador para el cambio de personalidad."

¿Qué le ha llevado a colaborar con PENTABILITIES?

Conocía el trabajo de la Dra. Calsamiglia y me gustó mucho el proyecto PENTABILITIES. Además, la oportunidad de colaborar en un proyecto para ayudar a los estudiantes a mejorar sus habilidades sociales y personales no se presenta muy a menudo. La combinación de poder trabajar con este equipo y en ese proyecto era una oportunidad ideal que no podía dejar pasar.

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