Mantener a los alumnos en el sistema educativo
11/04/2023
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¿Cómo se trabaja en Estados Unidos la adhesión escolar del alumnado en riesgo de abandono?
El programa Check and Connect lleva años implementándose con éxito, ayudando al alumnado de primaria y secundaria, tanto de educación ordinaria como de educación especial, a asistir a clase regularmente y a participar activamente en las actividades curriculares.
En este artículo, Tony Baisley entrevista a Sandra Christenson y a Darnell Logan sobre la trayectoria del programa y sobre cómo ha conseguido dar respuesta a miles de estudiantes.
Mantener a los alumnos en el sistema educativo
TONY BAISLEY
Noviembre de 2015
Keeping kids in school
(Este artículo contiene enlaces en inglés)
Fuente original: CEHD Connect
Para algunos de nosotros, los recuerdos de la época del instituto son agradables: actividades escolares, conocimiento de nuevas amistades... incluso aprendimos cuatro cosas. Para otras personas, en cambio, fue más bien un periodo lleno de retos, agravado por problemas de aprendizaje, absentismo o un sentimiento de alienación respecto al resto de alumnos y del instituto en general.
Lo cierto es que, desde la década de 1970, los pésimos índices de graduación han sido motivo de preocupación para buena parte del sector educativo, también para la America’s Promise Alliance, la mayor alianza del país de entre las que tienen como objetivo mejorar la vida de niños, niñas y adolescentes. Desde entonces, millones de alumnos han abandonado el sistema educativo, y a menudo han dejado sus sueños atrás.
Últimamente, estos índices han mejorado. Se han detectado aumentos esperanzadores en las ratios de alumnos que se gradúan cuando corresponde entre los jóvenes de origen afroamericano o hispano. Y por tercer año consecutivo, Estados Unidos va avanzando hacia el objetivo de un 90% de graduados para la promoción de 2020. ¿Qué ha pasado para que se haya revertido la situación?
En la actualización de 2015 de su informe “Building a Grand Nation: Progress and Challenge in Ending the High School Dropout Epidemic” [Construyendo una gran nación: progreso y retos en torno a la eliminación de la pandemia de abandono escolar en secundaria], la Alliance identifica varios factores que ha contribuido a este cambio de escenario, incluyendo la atención que se ha dedicado a este problema a escala nacional y el alto nivel de concienciación sobre sus implicaciones. Los alumnos que abandonan el sistema educativo en secundaria no van a la universidad y tienen menos oportunidades de encontrar trabajos dignos o de convertirse en miembros implicados o activos de sus comunidades.
Una de las intervenciones que ha demostrado que ayuda a mantener a los alumnos en el sistema educativo es la del Instituto para la Integración Comunitaria de la Escuela de Educación y Desarrollo Humano.
Un buen comienzo
“La evolución de Check & Connect fue única”, explica Sandra Christenson, profesora de Liderazgo Educativo del Departamento de Psicología Educativa y galardonada con el premio Emma M. Birkmaier. “Empezamos bien”.
En 1989, el entonces profesor Robert Bruininks, Martha Thurlow y la propia Sandra Christenson presentaron una propuesta quinquenal al Departamento de Educación de Estados Unidos, a la Oficina de Educación Especial. El objetivo era desarrollar, evaluar y perfeccionar una intervención para la prevención del abandono escolar para 200 alumnos de la secundaria obligatoria con discapacidades relacionadas con el aprendizaje y el comportamiento.
“En nuestras escuelas, estaban aumentando los índices de abandono escolar, y además de forma muy desproporcionada en el caso de los alumnos con necesidades especiales”, recuerda Christenson.
El elemento central de la intervención consistía en unos mentores que cada semana supervisaban el rendimiento de estos alumnos (asistencia, comportamiento, rendimiento académico) y a continuación les ofrecían intervenciones personalizadas que les ayudaran a solucionar sus problemas y a desarrollar competencias para afrontar con éxito su paso por la escuela, poniéndolos en contacto con el personal del centro, las familias y los proveedores de servicios locales con el fin de generar más compromiso.
Cuatro elementos clave
- Un mentor trabaja con los alumnos y las familias durante un periodo mínimo de dos años y ejerce de vínculo entre el hogar del alumno y la escuela.
- Las “supervisiones” periódicas se basan en los datos que los centros recogen sobre la adaptación, el comportamiento y el progreso académico de sus alumnos.
- Unas “conexiones” personalizadas y oportunas en el tiempo enfatizan la resolución de problemas y el desarrollo de competencias como método para restablecer y mantener la conexión de un alumno con el centro.
- La implicación con las familias mejora la comunicación y refuerza la relación familia-escuela.
Check & Connect fue todo un éxito. En comparación con el grupo de control, los alumnos objeto de la intervención continuaron en el centro en una proporción significativamente mayor y consiguieron un mayor número de créditos para la graduación. A los 14 años, ya estaban bien encarrilados para graduarse al cabo de cinco años. Los resultados se repitieron en un estudio longitudinal a 5 años vista con alumnos de secundaria con trastornos emocionales y de comportamiento, un grupo con un riesgo muy elevado de fracaso escolar.
“Lo primero que hicimos bien fue solicitar la subvención con educadores de las escuelas públicas de Minneapolis”, explica Christenson. “Contratamos a la Dra. Mary Sinclair como coordinadora del proyecto en la universidad y a David Evelo, un educador excepcional de la ciudad de Minneapolis, como coordinador del proyecto en los centros”.
“Y quizás aún más importante, tuvimos un año para estudiar el tema del abandono escolar”, recuerda. “Nos centramos tanto en la ciencia como en la práctica para entender los indicadores de abandono, y también para el diseño de la intervención”.
“En la revisión de la bibliografía existente, enfatizamos el efecto de variables alterables, como las ausencias, el comportamiento inadecuado o la falta de competencias académicas, en el abandono escolar prematuro”.
“Dedicamos tiempo a escuchar las experiencias de alumnos, educadores, profesionales del municipio y familias”.
“En general, nos interesaba saber cuál era el comportamiento funcional del alumno y cómo el entorno podía facilitar un mejor resultado”.
Respuesta global
Veinticinco años más tarde, el programa Check & Connect se sigue estudiando e implementando con alumnos K-12 ―con y sin discapacidades― en 35 estados de Estados Unidos y en Nueva Zelanda y Canadá. Se han llevado a cabo cuatro ensayos de eficacia, en Chicago, Montreal, San Diego y San Jose, para analizar el impacto de Check & Connect en alumnos de primaria y secundaria que muestran señales de desconexión y que están en riesgo de abandono escolar.
“Ahora sabemos que nuestra intervención funciona de forma efectiva en diferentes contextos escolares y con poblaciones de composición diversa a la hora de mantener a los alumnos en el sistema educativo y hacer que avancen hacia la graduación”.
Y de hecho se han realizado progresos en escuelas concretas y, en el caso de Florida, en todo el estado. A través de la Oficina de Programas de Educación Especial, Check & Connect ha recibido una subvención del estado de Florida para el desarrollo profesional de las plantillas.
“Empezamos en 2013 con nueve escuelas de secundaria obligatoria y posobligatoria con plantilla de la escuela realizando la función de mentoría”, explica Peg Sullivan, directora del programa de subvenciones para el desarrollo profesional de las plantillas del estado de Florida. “Ahora tenemos 56 escuelas que utilizan el programa con este modelo y 16 más que han empezado la formación este otoño con el objetivo de poner el programa en marcha en enero de 2016”.
En solo dos años, Florida ya cuenta con múltiples historias de éxito individuales. Por ejemplo, un alumno recuperó suficientes créditos para pasar de primero a tercero de secundaria en un solo año, de modo que se pudo reconducir hacia la graduación.
“Check & Connect puede ayudar a acercar las escuelas y las comunidades”.
De todas las intervenciones para evitar el abandono escolar que ha revisado la iniciativa What Works Clearinghouse del Departamento de Educación de Estados Unidos, un recurso muy respetado para la toma de decisiones informadas en el sector educativo, Check & Connect, tanto en 2006 como este año, ha sido la única intervención para reducir el abandono escolar que ha tenido efectos positivos a la hora de retener a los alumnos en la escuela.
“Una de las razones por las que Check & Connect ha tenido tanto éxito es porque comenzó como una intervención basada en la investigación”, afirma Christenson, “y a medida que se fue adaptando a más escuelas y entornos locales, fue creciendo para incorporar formación y conocimientos técnicos”.
Actualmente se están ofreciendo varias opciones de forma regular, incluyendo la implementación in situ y la formación en mentoría con asistencia técnica de seguimiento para garantizar la fidelización, una comunidad profesional de práctica para los coordinadores locales donde pueden compartir consejos y lecciones aprendidas, herramientas para medir la implicación de los alumnos y recursos en línea para los administradores que buscan ayuda a la hora de redactar las solicitudes de subvención.
Diseñado para adaptarse
Como los distritos escolares suelen funcionar con un presupuesto muy ajustado, puede resultar complicado conseguir apoyo económico para implementar Check & Connect. No obstante, se han organizado colaboraciones con el Boys & Girls Club del área metropolitana de Phoenix y con United Way of the Plains en Wichita, Kansas, mientras que otros municipios han creado sus propias ONG, como Friends of the Allen County Juvenile Center, Inc., en Fort Wayne, Indiana. Ahora esta asociación puede dedicarse a buscar subvenciones de fundaciones u otros tipos de financiación para que Check & Connect pueda seguir funcionando en su comunidad.
“La formación que nuestros mentores recibieron del equipo Check & Connect de la Universidad de Minnesota fue excelente y los preparó para la difícil tarea de conseguir que los alumnos sigan por el buen camino”, declara Daniel Heath, juez del Tribunal Superior del Condado. “Desde entonces, hemos logrado reducir con éxito el absentismo y los retrasos, incrementar la asistencia y disminuir las expulsiones temporales y permanentes entre los alumnos que supervisa el programa”.
A pesar de tratarse de una intervención estructurada, por diseño Check & Connect no promueve un planteamiento excesivamente prescriptivo para el fomento del compromiso entre los alumnos. En otras palabras, no hay una única solución para todas las escuelas para conseguir que no haya abandono. Las intervenciones se basan en las necesidades de los alumnos y tienen en consideración los recursos de apoyo disponibles.
“Muchas de las escuelas con las que trabajo reconocen la necesidad de que haya un programa de mentoría, pero muestran un gran agotamiento cuando se les sugiere que pidan a su profesorado hacer ‘una cosita más’”, argumenta Lois Jones, asesora de mejora educativa para la Universidad Estatal de Missouri. “Check & Connect puede ayudar a acercar las escuelas y las comunidades en un esfuerzo por convertir el cansancio en acción y datos para validar sus esfuerzos y éxitos”.
Se proporciona formación en mentoría, pero los encargados de desempeñar el rol de mentor pueden variar. Maestros, trabajadores sociales y orientadores han ejercido de mentores en diferentes centros. Algunos de estos mentores son personal contratado con un determinado número de casos, mientras que otras escuelas recurren a la plantilla habitual para que hagan de mentores. No obstante, hay algo claro:
“Los mentores son de una importancia crucial”, asegura Christenson. “Su papel es vital a la hora de ofrecer un apoyo constante y fomentar la confianza de estos alumnos en sí mismos”.
En octubre, Check & Connect celebró el primer congreso nacional de su historia, “Celebrando 25 años de compromiso estudiantil” en el Centro de Antiguos Alumnos McNamara en el campus de Twin Cities. El congreso congregó a 170 profesionales y expertos en liderazgo de todo el mundo para abordar el compromiso de los alumnos entre los jóvenes en situación de riesgo. Los asistentes compartieron las lecciones aprendidas y los conocimientos adquiridos para implementar y mantener el programa Check & Connect con el fin de apoyar a los jóvenes para que puedan alcanzar sus objetivos y graduarse en el instituto.
Darnell Logan, ‘02, asistió al congreso, procedente de la escuela del condado de DeKalb, en el área metropolitana de Atlanta, Georgia. Conoció Check & Connect cuando trabajaba, en su época de estudiante, en el Instituto de Integración Comunitaria, y encontró su camino hacia la psicología escolar. Hoy en día, implementa el programa Check & Connect en 36 escuelas de secundaria obligatoria y posobligatoria en un distrito con más de 103.000 alumnos.
El congreso fue una oportunidad para la actualización y el aprendizaje. Darnell Logan escuchó a sus colegas explicar la aplicación del modelo en diferentes contextos, incluido el sistema de justicia juvenil y el primer año de universidad, y también pudo compartir sus propias experiencias.
“Recuerdo cuando en el programa Check & Connect solo trabajábamos unas diez personas, y ahora ha crecido lo suficiente para organizar un congreso nacional”, afirma. “Fue muy emocionante”.
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Este artículo pertenece al tercer boletín de ¡Investigación y acción!: Municipios contra el abandono escolar: la clave en la orientación y los datos. ¡No te pierdas el resto de contenidos!
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Este material ha sido realizado con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología - Ministerio de Ciencia e Innovación.