10 requisitos de un modelo local de orientación contra el AEP

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¡INVESTIGACIÓN Y ACCIÓN! | ORIENTACIón | EDITORIAL

En Cataluña, el AEP sigue siendo uno de los principales retos del sistema educativo. Pese a la considerable reducción de las cifras de abandono educativo prematuro en los últimos años, Cataluña sigue al frente de la lista de territorios donde más jóvenes abandonan los estudios.

La orientación debe convertirse en una palanca clave para revertir esta situación y dar respuesta a los factores sociales, académicos y estructurales que propician el AEP, pero para conseguir-lo es indispensable poner el foco en la estrategia local.

Atendiendo a los retos y a las necesidades del mundo local, Gemma Latorre, directora del Área de Proyectos Educativos y Orientación de D’EP Institut, nos destaca 10 requisitos de obligado cumplimiento para que los entes locales puedan disponer de un modelo local de orientación efectivo de lucha contra el AEP:

1. Debe contar con un sistema de información y gestión que permita la trazabilidad y la personalización en la intervención y en el seguimiento de los y las jóvenes.

Así pues, no se trata solamente de disponer de herramientas o instrumentos que permitan la gestión de la información, sino también de hacer una reflexión sobre los agentes que intervienen en ella y los espacios y los procesos de detección, seguimiento y gestión de la información.

2. Debe ofrecer un abanico de propuestas que integre los distintos subsistemas y agentes con el objetivo de:

  • Acompañar, orientar y apoyar en las transiciones.
  • Velar por la permanencia en el sistema educativo o bien, una vez se ha producido el abandono, facilitar el retorno al mismo.
  • Capacitar para acceder al mercado de trabajo (reconocimiento y validación de competencias).

3. Debe incorporar una lógica de tiempo alineada con el tipo de contexto en el que se interviene.

En este sentido, desde los entes locales se cuestiona el impacto y la eficacia de programas o proyectos que contemplan periodos de implementación breves, que no responden a la necesidad de un acompañamiento sostenido en el tiempo para revertir la situación de AEP en el colectivo de referencia.

4. Debe ser un modelo que se estructure en torno a redes de acompañamiento a las transiciones y, por lo tanto, implique un trabajo transversal de todos los agentes, así como la provisión de respuestas educativas de calidad y con carácter inclusivo.

De todos modos, cabe señalar que, pese a poner el foco en los procesos de transición, en los que se da un mayor grado de vulnerabilidad entre los y las jóvenes, no pueden obviarse las políticas de prevención del AEP y, por lo tanto, la implementación de estrategias de orientación previas, incluso durante la educación primaria.

5. Debe tener en cuenta los distintos agentes orientadores, incluidas las familias.

Teniendo en cuenta que el AEP es un fenómeno multifactorial, resulta evidente que la aproximación a un modelo de orientación efectivo que luche contra el abandono debe contemplar la participación activa de todos los agentes, más allá del aula, y por lo tanto, además del ámbito educativo (tutores/tutoras, docentes, etc.), debe incluir el ámbito familiar, social, de ocio, deportivo, etc.

6. Debe determinar espacios de diálogo permanentes con todos los agentes que integran el sistema educativo (dirección de centros, EAPs, CRP, inspección, etc.), pero no exclusivamente.

Es necesario desplegar un verdadero trabajo en red desde una aproximación sociocomunitaria.

En cuanto a esta cuestión, que es un punto clave del modelo local de orientación, cabe señalar que en la realidad de los municipios se dan distintos niveles o estadios de construcción de la red, atendiendo a la clasificación de Rovere.

Sin embargo, y desde la perspectiva de una estrategia local de orientación que luche contra el AEP, el objetivo de la redes locales de orientación debería ubicarse en el estadio 5, de asociación en red, en el que los objetivos y proyectos sean compartidos por todos los agentes, y la confianza y el compromiso se conviertan en valores a desarrollar.

Asimismo, se propone incluir, además de la confianza y el compromiso, un tercer concepto: la disposición a renunciar. Una renuncia vinculada a la notoriedad de instituciones y entidades, a la resistencia al cambio y a la opacidad de información. Se trata, pues, de que todos los miembros de la red asuman la pertenencia y la participación en un espacio de trabajo conjunto que se centra en los objetivos a alcanzar y en los y las jóvenes a los que hay que dar una respuesta efectiva.

7. Debe incorporar propuestas de los dispositivos para la lucha contra el AEP que conecten la oferta formativa con los intereses reales de los y las jóvenes.

Escuchar la voz de los y las jóvenes resulta imprescindible, tanto para mejorar la efectividad de los propios dispositivos como para preservar una posición ética de la práctica profesional.

Además, esta escucha debe tener lugar desde una perspectiva orientadora, que tenga presente la necesidad de estimular a los y las jóvenes para que abran la mirada e identifiquen sus intereses a través de procesos de autoconocimiento y de exploración del mundo del trabajo.

En este sentido, la OCDE (2020) señalaba que los jóvenes de 15 años (en el caso del España, el 56,2% de las chicas y el 49,4% de los chicos) aspiran a desarrollar una lista reducida de 10 profesiones. Esta investigación pone de relieve, además, que parte de estas profesiones corren el riesgo de desaparecer en el futuro o bien pueden verse impactadas por procesos de automatización a raíz de la incorporación de la tecnología. Asimismo, los autores del estudio identifican en la falta de provisión de orientación académica y profesional una de las principales causas que explican esta limitación en las aspiraciones profesionales de los y las jóvenes.

8. Debe ofrecer recursos y programas de calidad y tener la capacidad de impactar en los y las jóvenes.

La implementación de un sistema de calidad de los servicios de orientación sigue siendo una asignatura pendiente. Pese a ello, tanto desde el ámbito de la investigación como desde las instituciones internacionales ya existen iniciativas en torno a esta cuestión.

En este sentido, cabe destacar la labor de la European Lifelong Guidance Policy Network (ELGPN). En 2011, esta organización ya planteó una propuesta de parámetros de calidad con un conjunto de indicadores cualitativos y cuantitativos que pretenden ser útiles tanto desde la perspectiva de la práctica profesional como desde la perspectiva de la responsabilidad política e institucional. Y en este mismo sentido, establece (2015) como una de las cuatro grandes prioridades en orientación la mejora del acceso a los programas y servicios de orientación, así como la calidad de los sistemas para garantizar la mejora de los procesos orientadores y las competencias adecuadas de los y las profesionales de la orientación.

9. Debe aportar evidencias del impacto y de la consecución de objetivos.

La necesidad de medir los resultados de los proyectos y programas que se llevan a cabo para luchar contra el AEP es un aspecto compartido por parte de los entes locales. No obstante, la fragilidad de la cultura de evaluación y las dificultades en la implementación de procesos de esta evaluación (falta de conocimiento técnico, de recursos e instrumentos, etc.) suponen barreras importantes para la consecución de este requisito

Y en este sentido, la formación y el apoyo técnico de instituciones supralocales puede ser clave para la superación de estas dificultades y para garantizar que se dispone de evidencias del impacto de las intervenciones en lo que respecta a la reducción del AEP.

10. Debe interpelar a los gobiernos locales.

Es evidente que, sin el compromiso decidido de los y las representantes políticos de los entes locales, el despliegue de un modelo local de orientación para la lucha contra el AEP no es posible; un compromiso político que se traduce en una destinación adecuada de los recursos (económicos, humanos, temporales, etc.) y en el estímulo y la garantía de un trabajo conjunto de las distintas áreas de los entes locales (desde educación hasta promoción económica, juventud, servicios sociales, deportes, salud, etc.).


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Este artículo pertenece al tercer boletín de ¡Investigación y acción!: Municipios contra el abandono: la clave en la orientación y los datos. ¡No te pierdas el resto de contenidos!

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Este material ha sido realizado con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología - Ministerio de Ciencia e Innovación.

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