Resumen ejecutivo de las investigaciones "Mejora educativa en entornos vulnerables" y "Escuelas y profesorado ante la autonomía de centro".
Los centros de alta y máxima complejidad en Cataluña se encuentran en el corazón del debate educativo: con más alumnado vulnerable, mayor movilidad del profesorado y menos recursos estables, deben garantizar resultados, bienestar y oportunidades educativas. El informe recoge, a partir de una encuesta a 852 docentes y 68 entrevistas en profundidad, la voz de docentes y equipos directivos, y aporta datos y propuestas para entender los retos de estos centros y plantear soluciones que aseguren equidad y calidad para todo el sistema.
¿Por qué es importante?
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Desigualdades enquistadas: En Cataluña hay 730 centros de alta y muy alta complejidad (un 24% del total), que concentran alumnado con mayores dificultades de aprendizaje y riesgo de abandono.
- Inestabilidad de plantillas: Entre 2018 y 2023 se ha sustituido a más de la mitad del profesorado en estos centros, dificultando la consolidación de proyectos y la cohesión docente.
- Presión y falta de recursos: A pesar de su compromiso con la innovación y la personalización, el profesorado denuncia falta de tiempo, instrumentos de evaluación útiles y apoyo institucional para poder avanzar.
Los datos que debes saber
- 85% del profesorado de los centros complejos quiere plena autonomía para decidir métodos de enseñanza y criterios de evaluación.
- 53% de rotación del claustro en cinco años en los centros de máxima complejidad, una inestabilidad que afecta especialmente al alumnado.
- 60% del profesorado de estos centros ve difícil aprovechar los datos de competencias para mejorar la enseñanza (frente al 37,5% en el resto de centros).
Las propuestas
El informe identifica siete medidas prioritarias para fortalecer los centros más complejos:
- Incentivos y formación para el profesorado, con reducción de horas lectivas y reconocimiento profesional.
- Menos carga docente y más tiempo para la coordinación y la personalización del aprendizaje.
- Participación en redes de intercambio de experiencias y colaboración territorial.
- Mayor apoyo de la inspección educativa, con ratios reforzadas para los centros más vulnerables.
- Financiación por fórmula, con más recursos docentes y profesionales socioeducativos asignados según necesidades reales.
- Incremento del apoyo administrativo para liberar tiempo de direcciones y docentes.
- Un nuevo marco de evaluación útil y sostenible, con pruebas diagnósticas anuales y muestras representativas en las evaluaciones nacionales e internacionales.